¡Quita su nombre de tu asunto!

Deja de poner su nombre en el asunto: ¡no engañas a nadie!

Abres el correo electrónico por la mañana y haces un par de dribblings a la altura de Leo Messi para evitar ahogado entre tanto correo basura.

Tienes el dedo preparado para pulsar en el botón de la papelera y seleccionas muy rápido todos esos correos que parecen poco relevantes.

Tú y el 99 % del mundo gestiona así tu bandeja de entrada —conozco a una diseñadora que abre todos y cada uno de los correos que le llegan. Es una crack—. 

Así que cuando tú estás al otro lado tienes que ser capaz de redactar un asunto de email que venza la tendencia a borrar.

Entonces, se te ocurre.

Voy a aprovechar las ventajas de mi gestor de correo para colocar su nombre en el asunto.

Total.

Has leído que esto funciona genial —y la verdad es que no está mal—.

Sin embargo, hoy vengo a acabar con esta fiesta y a explicarte por qué nunca deberías poner su nombre en el asunto.

Míra tú por dónde.

Por qué el nombre en el asunto es cada día más ofensivo

Hace algunos años podía sorprender.

Guau. Fulanito me ha escrito solo a mí este correo.

Pero ya no cuela.

Casi todas las personas en una lista saben que ese email se ha enviado a decenas, centenas o miles de personas más.

¡Y no pasa nada!

Se han apuntado a tu lista para más que recibir tus caricias: ¡están ahí para absorber todo el valor que les puedas aportar!

Y aunque al principio llamará la atención ese nombre…

Cuando esté rodeado de 20 más iguales pues, qué quieres que te diga que tú no sepas ya.

Lo del nombre solo lleva a meteduras de pata

Y te lo digo por experiencia.

¿Confirmamos que este email lo estoy escribiendo tras un mes frustrante?

Confirmamos.

Hace tiempo tuve un problema con una clienta. 

Como cambiamos de gestor de correos, algunos emails que tenían el parámetro de uno se trasladaron 1:1 al otro.

Y claro, no funcionan. Cada uno tiene un comando de su padre o de su madre.

No pasa nada. En copy se puede fallar. Como siempre te digo.

Sin embargo, un par de semanas después el software decidió que esta vez lo enviaría sin nombre.

Total. Tampoco pagábamos tanto como para que funcionara al 100 %.

Y si a todo esto le sumas que muchas personas no dan su nombre verdadero, sino siglas o uno falso… pues te sigues arreisgando a hacer el ridículo.

¿Un consejo? ¡Olvídate del nombre!

La gente acepta que está en una lisat. 

Y que lo que la tiene que hacer sentir especial es el contenido de la misma.

Así que dales dentro de cada correo un motivo para estar orgullosos de formar parte.

Así seguro que no se marchan jamás.

Las 5 claves para pasar a la acción

  • El nombre en el asunto en el email es muy de la década de los 10.
  • Está tan extendido que ya no te hace diferente.
  • Te puede dar muchas más frustraciones que alegrías.

Sigue estos consejos y prueba a dejar de colocar el nombre en el asunto. ¡A ver qué pasa!

Y si te animas, me encantaría que me contaras los resultados y que los comparásemos juntos.

¿Vamos al lío?