Escribe borracho y edita sobrio

Escribe borracho y edita sobrio

«Escribe borracho y edita sobrio».

Es una cita que se le atribuye apócrifamente a Ernest Hemingway y que yo siempre me he preguntado si llegaría a decirla.

Después de todo, hay muchas más personas que conocen que era alcohólico y que se suicidó que las que hayan leído sus novelas.

Por cierto, son muy buenas.

A mí, la verdad, me gusta pensar que sí.

No porque quiera pegarle un tiro a su reputación —y perdona por el chiste—, sino porque me parece la base del copywriting.

Sería justicia poética que alguien que lo intentó y fracasó en la publicidad te hubiera dado la base para escribir y conquistar.

Escribe borracho y edita sobrio: el dar y pulir cera del copywriting

¿Sabes cuándo escribes tus peores textos persuasivos?

Cuando estás asustado.

Puede ser por mil motivos:

  • Has entregado un trabajo desastroso a tu último cliente.
  • Este cliente de ahora es tan grande que estás aterrado por fracasar.
  • Puede que haya sucedido algo en tu vida personal y te esté afectando.

El motivo da igual. 

El problema está en que cuando te asusta tanto escribir es imposible que redactes un copy que conquiste a nadie.

Ni siquiera a tu madre, que te mira con mejores ojos que nadie.

Aquí es donde entra la maravillosa idea de escribir borracho.

Carmelo, ¿me estás pidiendo que me abra una cerveza?

No.

Bueno.

A veces es interesante tomarte una para soltar tus neuronas, pero solo una. A partir de la segunda solo escribirás tonterías.

Lo que te estoy pidiendo es que te atrevas a escribir sin miedo. A que te dé exactamente igual lo que pienses de lo que estás poniendo en el papel.

Tienes que ser capaz de soltar tus dedos y tu mente y dejarlso bailar sobre las teclas.

Solo así redactarás la materia prima que después convertirás en un anuncio durante el proceso de edición.

¿Y la edición la tengo que hacer sobrio?

Mira.

Si te digo la verdad, a mí también me encantaría hacerla borracho más de una vez.

Pero no funciona. Para nada.

Es la parte más importante.

Quiero contarte un ejemplo.

Durante el mes de julio tuve dos semanas que personalmente estuve muy mal.

Tanto, que afecto a mí trabajo.

No me concentraba, los días me superaban…

Y tuve que entregar dos trabajos.

Probablemente hayan sido los peores que he hecho por la falta de concentración en la revisión.

Cuando te toque editar, hazlo sin miedo. Prepárate un café y borra todo lo que tengas delante.

Dar cera y pulir cera

¿Basta con una ronda?

Supongo que si eres Joseph Sugarman sí. Pero el resto…

El resto necesitamos mucho más.

Por eso te animo a que le des varias vueltas a este proceso hasta que cnosigas un texto perfecto.

¿Ves por qué no te podías tomar otra cerveza?