Cómo vencer al síndrome del impostor

Tres ejercicios para derrotar a tu síndrome del impostor como copywriter

El síndrome del impostor es uno de los mayores desafíos que cualquier copywriter emprendedor encuentra en su camino.

Puede aparecer al principio de tu aventura o llamar cuando no te lo esperas a tu puerta…

Pero tarde o temprano surgirá, te hará dudar de ti mismo y necesitarás herramientas para enfrentarte a él.

En este post descubrirás tres ejercicios muy simples que te permitirá derrotarlo para continuar cuando se empeñe en contarte «que no vales para nada».

#1 Lee textos persuasivos que ya hayas entregado a clientes (recientes)

Digo «recientes» porque si te vas a hace un año es probable que te avergüences de ello (y eso es bueno).

El síndrome del impostor nos hace olvidar a los copywriters de aquello que somos capaces, así que tenemos que recordárnoslo.

Lee alguno de los últimos textos que hayas entregado. Uno de esos de los que te sientas 100% satisfecho —o al menos un 90%—.

Un ejercicio tan simple como este te recordará que tienes la capacidad de conseguir lo que te propongas.

¿Te lo sigues proponiendo?

#2 Mira los textos de tu cliente y piensa «peor no se puede quedar»

Sé que este consejo está muy feo, pero funciona.

Esos días en los que me siento más abrumado siempre me repito que «a nada que lo haga medio bien estará mejorando lo que ya tiene».

Con un pensamiento así te quitas parte de la presión que te ha acompañado hasta ese momento.

Y después, sin presión, tienes la capacidad de escribir de manera mucho más efectiva.

#3 Involucra a tu cliente en el proceso de creación del texto

Nos asusta lo que pueda pensar el cliente cuando le entreguemos el texto.

Quizá no le guste, puede que piense que le estamos estafando…

En este sentido, cuando tenemos la capacidad de hacer que forme parte, que se involucre y que vaya dejando su «huella» con el paso del tiempo, es más fácil convencerle.

Es la misma estrategia que sigue IKEA.

Como participas en la creación del mueble, le das mucho más valor que si te hubiera llegado directamente montado.

Esto son solo tres ejercicios, pero te aseguro que funcionan.

Después de tantos años como copywriter, sigo teniendo dudas en muchas ocasiones de si lo estaré haciendo bien.

Así que aprender a tratar con mi síndrome del impostor ha sido fundamental para continuar hacia delante con mi negocio.

¿Tú tienes algún truco en particular? ¿Te afecta a menudo el síndrome del impostor? Comparte tu historia en los comentarios.