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27/09/2019 by Carmelo Beltrán Leave a Comment

La danza con el caos

¿Cuántas veces has tenido un día en el que tenías la mente en mil cuestiones diferentes? ¿Cuántas de esas tribulaciones que te perturbaban eran en realidad tan importantes como para condicionar el resto de tu jornada? Durante los últimos meses yo me he enfrentado a un sinfín de tempestades que se empeñaban en golpear mi tranquilidad y ha habido días en los que yo mismo he alzado el vuelo y he querido despertar lejos. Y esto a nivel profesional se nota y mucho.

Tu mente es tu mejor aliado y tu peor enemigo

Existen personas que pueden vivir en el caos. Yo puedo hacerlo en la incertidumbre. Dos realidades que en mi mente aparecen de manera muy diferente.

La incertidumbre implica una realidad ajena a mí. Elementos que no puedo controlar. Cuestiones que escapan a mi control y que, por ende, no gasto ni una sola gota de mi energía pensando en ellos. Solo en cómo aprovecharlos, vencerlos o minimizar los daños cuando se producen. Me siento cómo con ella.

El caos es diferente. El caos juega a un juego muy distinto. Caos significa que ni siquiera aquello que puedo dominar está bajo mi control y en una situación así la única persona que tiene la responsabilidad de hacerlo soy yo.

Cuando me adentro en el caos me pierdo. Mi mente vuela en mil direcciones diferentes y es incapaz de encontrarse consigo misma. Dejarme llevar implica un tornado todavía de más oscuridad que, poco a poco, hace mella en mi estoicismo y sopla cual lobo feroz para derribar mi sosiego. Muchas veces lo consigue.

¿Qué he aprendido del caos?

Como siempre te digo, lo mejor de caer en la oscuridad es que hasta la luz más tenue se convierte en apetecible. Las malas cifras de resultados en un mes siempre me han alegrado al saber que el siguiente las superaría. Está en nuestra mano decidir si abogar por una mirada optimista o caer en el pesimismo.

  • Por ello, después de bailar en tantas ocasiones con el descontrol he aprendido a mirarlo a los ojos y a aprender de sus lecciones, aunque siga venciéndome sin dudarlo.
  • Ahora sé reaccionar al caos y a no perderme más que en mi mente. He aprendido que las personas de alrededor son capaces de ser la luz momentánea y que, aunque no curen, son capaces de ayudar más de lo que puedes pensar.
  • También he aprendido que dar pasos en falso y retroceder no es un fracaso, sino la posibilidad de encontrarte poco a poco. Que es posible que tropieces varias veces con la misma piedra, pero que ello solo es un problema si no descubre por qué estás haciéndolo.
  • Supongo que movernos en el caos nos convierte en personas más poderosas. Ser capaces de capear el temporal te ayuda a pisar fuerte en el suelo y a apretar con todas tus fuerzas los dientes. Estoicismo, lo llaman.

Cómo escapar de allí

Ojalá pudiera ofrecerte una respuesta satisfactoria, pero ni siquiera me conozco lo suficiente como para encontrar la salida en los peores momentos.

Yo solo quiero animarte a equivocarte, a dar pasos hacia delante y a volver hacia atrás si lo necesitas. Creo que el único fracaso es quedarse quito, así que trata de hallarte a ti mismo en el momento perfecto y las luces se encenderán poco a poco.

¿Tú cómo luchas contra el caos?

Filed Under: Artículos Tagged With: Productividad

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