Han pasado 4 años de aquel momento

Cuando llegue mayo, se cumplirán 4 años desde el último día que pisé la Universidad.

No sé si 4 años son muchos o pocos para ti, pero a mí me parece un mundo.

Como si la persona que hubiera estado durante 6 años estudiando un Doble Grado que después no le ha servido para nada no fuera yo, sino cualquier otro.

Es más, siento que poco a poco muchos recuerdos se van poniendo borrosos.

¿A ti te pasa algo parecido?

Pero hoy no te quiero hablar de que todo tiempo pasado fue mejor.

No.

Sino de una de las lecciones de marketing más importantes que aprendí en ese aula y que me cambió la perspectiva para siempre.

Todo empezó en una clase de una asignatura llamada Desarrollo de marca y de producto…

¿Vamos con este episodio del pódcast?

«Yo es que no me lo compraría…»

Me acuerdo de ella.

Era una chica rubia con la que compartí mucho tiempo de carrera.

Una de esas fuerzas de la naturaleza que va siempre una marcha por encima del resto.

Se había apuntado a esta asignatura en el último año por lo mismo que muchos.

No había examen.

Nos la podíamos quitar antes de irnos de vacaciones de Navidad y eso significaba que, por un año, tendríamos el derecho de descansar y disfrutar de la familia.

Recuerdo que la profesora nos planteó un reto.

¿Por qué compraríamos esa mesa?

(Puso una de Amazon).

A lo que esta chica respondió que ella nunca compraría esa mesa por mil motivos diferentes.

—Ese es el error más habitual en el mundo del marketing —le contestó la profesora—. No se trata de por qué lo harías o no lo harías tú, sino de por qué lo haría el cliente al que está dirigido.

Supongo que ninguno de mis 16 compañeros de optativa se acordará de esa respuesta. Yo me la hubiera tatuado en el brazo en ese preciso momento.

Hace unos cuantos viernes…

Tuve la suerte de dar una charla a alumnos de marketing de una Universidad.

El último trabajo que tenían por delante era realizar un plan de comunicación par auna empresa ficticia, así que todas las preguntas fueron por esos derroteros.

Y creo que mis contestaciones no fueron las uqe más le gustaron a la profesora.

Mira.

Siempre intento ser práctico.

Y cuando yo estaba en la Universidad hubiera valorado mucho que alguien viniera a decirme que gran parte de las cosas que estoy haciendo no son en realidad utilizables en el mundo de ahí fuera.

Así que les dije la verdad.

Que lo del plan de marketing a largo plazo está genial si trabajas con una empresa muy grande.

Pero…

Que cuando trabajas con empresas más chiquititas, vale más el probar rápido, equivocarte pronto y encontrar una respuesta que un plan a 5 años donde te estás inventando casi toda la información.

Por suerte, la profesora me dejó empezar a hablarles de funnels para validar propuestas. 

Ya me contarán qué tal les fue con ellos.

¿Mi recomendación para aprender?

Cuanto más pruebes y la cagues, más cerca estarás de conseguir resultados.


Esa es la pura realidad.

Lánzate a la piscina, equivócate pronto y mucho.

Las alegrías están al otro lado…